viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Por qué soy de los Bulls? por KDT


Cuando me plantearon escribir en este blog no me lo pensé demasiado. Estar por aquí significaba la posibilidad de compartir mi pasión por un equipo. Algo que me pasa con demasiada frecuencia. Desgraciadamente para mi salud mental y de la de los que me rodean siempre me ha encantado vivir el deporte con vehemencia, con un exceso de adrenalina y tomar partido, volcarme en la visión, el seguimiento y la discusión de las diferentes modalidades en que se puede transformar una competición.

Así, desde muy chico, mi familia, mis amigos, mis novias y, ahora, mi pobre y sufrida pareja, han visto un carrusel de noches sin dormir, cabreos, mal humor, incapacidad para comer, mañanas, tardes, noches y madrugadas seguidas detrás del televisor por un partido de fútbol, de baloncesto, una Paris Roubaix, un enfrentamiento de balonmano, el 6 naciones y un largo etc. Yo siempre he tirado por los equipos débiles. Quizás por un ansia de pulsión masoquista, por rebelarme contra el grande, por tirar por lo difícil. Yo soy del Celta (la desgracia futbolística gallega personificada), del Nottingham Forest, del Schalke, del Sporting de Lisboa, en baloncesto del Estudiantes, un Irish fan en rugby, de los Bengals en la NFL, del Teucro (cuestiones de nacimiento y tradición familiar) en balonmano…

Aquellos que hayan leído el grandísimo libro de Nick Hornby “Fiebre en las gradas” sabrán bien de qué hablo. Yo soy de esos que si ganaba mi equipo (mayormente véase Celta y Bulls) la semana siguiente me ponía exactamente la misma ropa. Soy de los que iba al campo (Balaídos) por el mismo camino la jornada próxima si el equipo había ganado la anterior. Me situaba en la misma zona, entraba por la misma puerta, no pasaba por debajo de escaleras, hasta llegué a arrancarle unos pelos a mi gato y meterlos en un sobre que llevaba en el bolsillo porque creía que el animal me daba suerte.

También tengo hecho eso con los Bulls, no tanto como con el equipo celeste, porque para mi desgracia no he podido ir al Chicago Stadium o ahora al United Center. Sin embargo, si cogen una buena racha de victorias siempre veo los resultados en la misma página de Internet o del teletexto, o me pongo la misma camiseta, o hago las mismas rutinas diarias.

Los que me conocen un poco ya no se extrañan de verme hacer cuentas mentales mientras paso el aspirador o antes de dormir. Resolviendo las ecuaciones necesarias para que entren en Play Off, rebanándome el seso para ver cual es la mejor alineación que podemos sacar para ganar en Milwaukee o defendiendo a capa y espada frente a alguien que ni siquiera sabe quien fue Scottie Pippen que el fichaje de Kyle Korver es cojonudo y nos puede aportar defensa, tiro exterior y veteranía.

Aún conservo la ilusión de cuando era niño y me pasaba por la papelería de enfrente de mi casa todas las mañanas para ver en el periódico los resultados del equipo de la Windy City. Eran tiempos sin Internet, tiempos de televisión de caja de madera sin teletexto, donde la prensa escrita y los programas de radio nocturnos eran los únicos que transmitían algo de una liga americana que no mucha gente seguía.

Esos recuerdos siguen frescos en mi memoria. Pero no sólo los inmateriales. Aún conservo una camiseta conmemorativa del primer campeonato, el de 1991. Si, de esas en las que sale todo el roster caricaturizado.

Recuerdo el vacile de mis compañeros de clase (sólo yo era de Chicago), cuando tendría 10 u 11 años, por la derrota contra los Lakers en casa en las finales de la 90-91 (se perdió de dos puntos y el gran Pippen estuvo a puntísimo de meter una canasta desde el medio del campo en el último segundo). Luego yo les devolví la moneda por cuadriplicado (4-1 ganamos). Recuerdo grabar los partidos en el VHS Saba de mi padre y levantarme bien temprano después de no pegar ojo, como si fuese el día de reyes, para ver si los Bulls habían pasado de ronda contra los odiados Pistons o los duros Knicks de Pat Swing. Recuerdo las canastas de Jordan frente a Craig Ehlo contra los Cavs de Daugherty en primera ronda, la de Paxon contra los Blazers, la de Kerr y Air contra Utah, cagarme de miedo por jugar contra los Suns de Barckley, Jonson o Majerle …

Pero después de tropecientos mil caracteres aún no he dicho por qué soy de los Bulls. Os lo confesaré. Muy poca gente lo sabe. Tendría 9 o 10 años y mi padre me regaló un sobre de cromos de baloncesto. Lo abrí y allí había varias fotos de jugadores y varios escudos. Uno de ellos tenía la imagen de un tal Michael Jordan y otro el logo de Chicago. Fue un enamoramiento especial. Como en una película romántica cutre supe que sería mi equipo. Alguien dijo una vez que un equipo de fútbol te escoge a ti, no tú a él. Eso me pasó con la NBA y Chicago.

Así pues, varios años después de dos cromos sacados apresuradamente, de cientos de revistas de NBA compradas, de ojos vidriosos y ojeras, de Ramón Trecet y Esteban Gómez, de Montes y Daimiel, de Jordan, Pippen, Horace Grant y BJ Armstrong, del gusano Rodman, de Bill Wennington y Will Pardue, de la muerte del padre de Jordan y a éste con la camiseta de los White Sox y los Barons, de su vuelta con el 45, de otros tres títulos, de la travesía en el desierto de Marcus Fizer, Jay Williams, Jalen Rose o Ron Mercer, ahora me encuentro con las pilas cargadas de nuevo. La nueva energía tiene un nombre: Derrick Rose.

En fin, nos vemos por aquí.

2 comentarios:

  1. Excelente artículo kdt!
    Realmente, una gran historia la tuya. A mí me pasó algo parecido pero con T-Mac, de verlo en el concurso de mates del 2000, ahí empecé a seguir la NBA. Pero ahora, no sé porqué, algo me ha hecho simpatizar muchísimo a esta franquicia, y deseo seguirla durante mucho tiempo.
    Un saludo y buen trabajo! ;)

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  2. Primero y antes de nada felicidades por el blog.
    Siempre es agradable ver a alguien escribir acerca de la NBA.
    Sinceramente yo siempre he sido un Maverick, pero también he seguido muy de cerca a Korver. Es un ídolo que admiro desde su paso por los sixers.
    Es un magnífico sexto hombre y ya empieza a hacer números en Chicago. Si no me equivoco 24 vs PHX? Aporta defensa y su famosa muñeca le viene de perlas a estos nuevos Bulls que me llaman mucho la atención. Gran proyecto.

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